lunes, 11 de mayo de 2015

Hagamos Política en Serio

Diversos analistas, particularmente extranjeros, nos han hecho ver en forma reiterada que el país está sumido en la confusión y el desgobierno. Y en vez de discutir cómo superamos esta grave situación, quienes ejercen defectuosamente la política en el país, están enfrascados en invalidarse unos a otros. 

Lamentablemente, el inexperto Presidente que tenemos, se ha sumado a este desconcertado coro de voces. Y a través de sus más fieros voceros, se ha encargado de añadirle crispación al país, denostando contra la oposición. La pareja presidencial cree que todos sus males se los debe a ella, ignorando lo que dijera Maquiavelo: "usualmente es el gobernante el que se debilita con sus propios errores. 

Dos conceptos

Hacer política en serio implica preocuparse de dos conceptos fundamentos: la Gobernabilidad y el Estado de Derecho. No pensar en ellos, origina todos los males.

Dice el Banco Mundial ("Gobernabilidad y Desarrollo") que Gobernabilidad o Buen Gobierno, es el ejercicio eficiente, eficaz y legítimo del poder y la autoridad para el logro de objetivos sociales y económicos. Definición parecida es la que expresa al respecto el Grupo de Trabajo Gobernabilidad surgido en 1996, integrado por las Embajadas de Suecia, Suiza, República Federal de Alemania, Finlandia y la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (USAID), entre otros.

Ambas publicaciones enfatizan en la importancia de la Gobernabilidad para alcanzar el desarrollo de los países. Los que no lo han logrado, han tenido dificultades insalvables para darle sostenibilidad a su crecimiento económico. Y eso es justamente lo que nos está pasando, independientemente a la coyuntura económica mundial. 

Alejandro Toledo

Como se podrá ver, Alejandro Toledo no tiene nada que hacer en la Gobernabilidad del país. Él y su bancada solo sirven para evitarles sobresaltos a la pareja que nos gobierna. Blindaje se le ha denominado a esta insana forma de evitar que el Congreso de la República, cumpla su función fiscalizadora. Por su culpa el equilibro de poderes (checks and balances) es una ficción. 

Dice el Banco Mundial que el concepto de Gobernabilidad está asociado a las siguientes nociones: 

A.- EFICIENCIA, en el sentido de alcanzar los objetivos de gobierno en forma trasparente y sin dispendio de recursos. El problema es que el actual régimen carece de objetivos. El país se encuentra a la deriva y lo que menos practica es la trasparencia. Todo está cubierto con un manto de secretismo. Por eso no es eficiente.

 

B.- EFICACIA, en el sentido de lograr esos objetivos manteniendo la estabilidad y la credibilidad de las instituciones y el sistema político. Reiteramos que este Gobierno carece de objetivos. Humala y Nadine Heredia son unos aventureros (como lo ha afirmado el periodista Agustín Figueroa). Distan años luz, de ser capaces de dirigir con acierto el país. Ellos han boicoteado la credibilidad de las instituciones. No se sabe quién gobierna el país. La institucionalidad ha sido reducida a su mínima expresión, y sin ella, según los economistas Acemoglu y Robinson, el desarrollo se encuentra muy lejano.

 

C.- LEGITIMIDAD, en el sentido de qué, sujetos a ciertos límites establecidos de antemano, la ciudadanía reconoce el derecho de los gobernantes a ejercer el poder y la autoridad y se identifican con las instituciones del Estado y con los objetivos planteados por el gobierno. Es probable que la legitimidad del poder sea una de las peores carencias de este Gobierno. Siendo que el pueblo es el único dueño de él, es también el único que lo legitima. Y como el liderazgo es nulo, no se siente identificado con lo poco y desordenado que hace Ollanta Humala.

 

Síntomas evidentes

Dice el Banco Mundial que la deficiente Gobernabilidad es fácil de reconocer. Algunos de los síntomas más evidentes son: 

PRIMERO

Incapacidad de establecer una clara separación entre lo que es público y lo que es privado, con la consiguiente tendencia a derivar recursos públicos en provecho propio. El mejor ejemplo de este síntoma es el amigo personal de la pareja presidencial: Martín Belaunde Lossio. A quien no se le buscó, se le permitió fugar y se le apoyó desde el Ministerio de Justicia. Los más íntimos amigos de Palacio de Gobierno, han adquirido durante este régimen ingentes propiedades inmobiliarias. 

SEGUNDO

Incapacidad de establecer un marco legal estable y un comportamiento predecible del Gobierno, el cual fomente el desarrollo y sea imparcial al momento de aplicar las leyes y dispositivos. ¿Cómo interpretamos lo de Conga y Pichanaki? Agua sí, oro no. Luego oro sí, agua no. ¿Qué comportamiento predecible es el que autoriza a PLUSPETROL hacer labores de exploración en Pichanaki y ante la presión de un frente de defensa, el Gobierno le da tres días para retirarse? ¿Quién entiende a un Gobierno así, atrayendo las inversiones? 

TERCERO

Inconsistencia de las prioridades anunciadas por el Gobierno con las metas de desarrollo, con la subsecuente ineficiencia en la asignación de recursos. Para dejar de ser paulatinamente un país de economía mineralizada, el economista James Porter nos sugirió lo elementalmente lógico: diversificar nuestra producción y nuestra oferta exportable. El presidente Humala asumió el reto, y prometió incentivar el agro y la industrialización. Asimismo mejorar nuestra competitividad. Todo no pasó de una promesa contenida en un discurso. Los recursos asignados para tales retos, no demuestran coherencia con las promesas. Inconsistencia de prioridades. 

CUARTO

Incremento de las demandas sociales y una insatisfacción evidente. Protestas sociales que mantienen en jaque al Gobierno, quien no tiene las habilidades ni reflejos para enfrentarlos. Se nota con mayor nitidez el uso de la fuerza para controlar los reclamos de la población. Dado el espacio periodístico, este cuarto síntoma no necesita mayor explicación. La realidad se encarga de ello. 

QUINTO

Criterios y procedimientos estrechos o poco trasparentes para la toma de decisiones. El uso político del caso del espionaje (aun no sentenciado) de parte de Chile ha demostrado una vez más las escasas capacidades del Presidente para ejercer con tino, sensatez y capacidad, las atribuciones que le concede el artículo N° 118° de la Carta Magna. Ellas no pueden estar liberadas a los caprichos o pareceres insensatos del gobernante. Para evitarlo, tiene un cuerpo de asesores profesionales que conforman el Consejo de Ministros. Obviarlos es una necedad. 

Piloto automático

A la luz de lo que es la Gobernabilidad y los síntomas que definen su deficiencia, no cabe duda que el país atraviesa por una crisis de buen Gobierno. Estamos navegando en piloto automático. Y es que del arte de gobernar, la presidencia conyugal, solo se ocupa de administrar el poder. Quienes toman las decisiones, son los grupos de poder económico que los han atrapado desde la segunda vuelta electoral.

Sobre esto (que es tan grave) no se discute. El debate es sobre titulares periodísticos. Increíblemente, las necedades del ex ministro Urresti, generan noticia y debate. Y es en ese nivel político (o tal vez peor) que se desarrollará la campaña electoral para las elecciones del 2016. Nada cambiará. Tendremos otra vez que elegir entre el cáncer y el Sida o tal vez entre un ahorcamiento o un tiro en la cabeza. 

Viven aterrados

La crisis de representatividad y credibilidad por las que atraviesan los partidos políticos por su propia causa, los ha inspirado a oponerse al voto voluntario. Temen lo que está cantado: un gran ausentismo como protesta a su ineficiencia. Y viven aterrados pensando en la magra legitimidad que le dará el pueblo al próximo gobernante. 

Pero no. Eso no se discute. Los políticos pretenden hacernos creer que a pesar del avispado ambiente político en que vivimos, la democracia está funcionando pues hay alternancia de poder. Giovanni Sartori dice que el sistema es mucho más que elecciones. Se sustenta en la Gobernabilidad de los países y el Estado de Derecho. Cuando estos conceptos están ausentes, la democracia es pura ficción.

 

Propositivo como siempre, me ocuparé del Estado de Derecho en mi siguiente artículo, con la esperanza entusiasta, que un hálito de sensatez nos inspire a hacer política en serio.

Esa es mi opinión.