¡Oh! ¿Y ahora, quien podrá salvarlos?
Chile no ha encontrado hasta hoy, la forma de obtener por la razón, los recursos energéticos que tanta falta le hacen. Y la peor traba, es justamente, la intención velada del uso de la fuerza.
Es evidente que no existe ningún interés, de parte de Perú, Bolivia o Argentina, de conseguir por la vía violenta algo que tenga Chile y merezca la pena el esfuerzo bélico. Chile lo sabe. ¿Entonces para que invirtió tanto en sus Fuerzas Armadas al punto de ser la segunda potencia militar en Sudamérica después de Brasil?. ¿A quien quiere disuadir, si nadie está interesado en hacerle la guerra?.
La respuesta es evidente. Chile tiene un serio problema energético, tal como lo admitió el Senador Jaime Orpis, miembro de la Comisión de Minería y Energía del Congreso de ese país, el 21 de Junio del 2005.
Sabe Chile que la solución más riesgosa a su problema, es depender de Perú, Bolivia o Argentina, con quienes (para su desgracia) tiene las peores relaciones estratégicas, más allá de sonrisas y palmoteos protocolares intrascendentes.
Quien sabe sea aplicable el refrán: "siembra vientos y cosecharás tempestades". La clase militar de ese país, vive aún añorando protagonismos políticos, y no ha logrado hacer correr hacia el siglo XXI, los conceptos geopolíticos de Haushoffer (mentor ideológico de Pinochet). Los espacios vitales, hoy son los mercados, no los territorios. Y ellos no se conquistan con las bayonetas sino con los capitales. Como lo viene haciendo su clase empresarial en Argentina, Perú y Bolivia.
Haber comprometido a su clase política en una carrera armamentista, para tener presencia contra ella misma, lo único que ha generado es desconfianza total de sus vecinos, quienes se niegan a darle gas a un país que tiene dentro de sus planes, emplear la fuerza para conseguirlo.
"Quien maneja la llave, es quien maneja el suministro" dijo el Senador Orpis, refiriéndose a la probable negociación exitosa con sus vecinos, pero que genera un gran riesgo, el que lamentablemente para ellos tendrán que asumir pronto. Saben que el tiempo se acaba.
Ellos creen que el "Anillo Energético" con el que están queriendo embaucar el ego presidencial de García, sería una forma de minimizar ese riesgo. Introduciendo en las negociaciones, cláusulas que penalicen el corte de suministro.
"Que no tengan un costo los Gobiernos, sino que tengan un costo los Estados, porque los tratados no se respetan, los gobiernos pasan porque es política y la única seguridad que puede tener Chile es que tengan un costo los países que cierran las llaves", terminó diciendo.
Chile aún no logra desacoplar su crecimiento económico del consumo de energía, ha dicho el experto en temas energéticos chileno Ángel Soto; lo que convierte a este país en vulnerable.
Perú en la Corte de La Haya
Cada uno de sus vecinos que tienen gas, mantienen aún cuentas pendientes con él. Perú, el total cumplimiento de los Tratados que pusieron fin a la guerra de 1879, cumplimiento que Chile ha venido eludiendo hace años, sin saber que en algún momento estaría en nuestras manos su crecimiento; y ahora el diferendo marítimo que hemos puesto a consideración de La Haya. La sola bravuconada de no aceptar un fallo favorable a nuestro país, sigue haciendo más difícil que la nación acepte venderles gas.
Salida al mar boliviana
Bolivia le viene reclamando, vía negociación de 13 puntos, una salida soberana al Océano Pacífico. Tiene el gas que Chile necesita. Ojalá sepa negociar con sagacidad y tener la facultad soberana de cerrar la llave de suministro, si llegan a una negociación exitosa.
La dependencia Argentina
Probablemente la dependencia de Argentina sea más complicada, porque este país le vende gas a Chile, gracias al suministro que le confiere Bolivia. En tal situación, un mayor consumo en ese país, afecta el volumen disponible para Chile.
Sagacidad diplomática
La unica estrategia que le queda a nuestro vecino del sur, es avivar rencillas entre sus probables abastecedores. Es por ello, que con la sagacidad diplomática que les es característica, nos mantiene distantes de Bolivia. Claro, con la complicidad del presidente García, que trasunta un complejo de superioridad con la nación altiplánica. Ya vendrán tiempos mejores.
Chile le entregó a Bolivia los fundamentos de nuestra demanda ante La Haya. La intención velada es tratar de inmiscuirlo en un tema que es absolutamente bilateral. En todo caso, quien es el único país que puede opinar al respecto es Ecuador, por el asunto de los Tratados de la década del cincuenta; instrumentos jurídicos internacionales a los que le hemos tratado de restarle validez delimitatoria, pero que el Presidente Correa ha expresado lo contrario, teniendo en la mano una desafortunada carta (de contenido aún desconocido) emitida por el presidente García.
Así las cosas, es inoportuno, inconveniente y poco sagaz, que el Perú le venda gas a Chile, antes que se pronuncie La Haya. Menos si ese país, tiene asuntos pendiente de cumplimiento, estipulados en los Tratados que pusieron fin a la guerra. Que no se firme ningún acuerdo energético. No nos interesa.
Nuestro gas tiene suficientes compradores en el mundo. Los chilenos tendrán que arrepentirse de haber potencializado sus FFAA. La amenaza del uso de esa fuerza, no nos disuadirá jamás de la decisión de no venderle nada. Más bien está originado el efecto contrario: endurecer nuestra negativa.
Invocamos a fortalecer nuestros lazos con Bolivia. Y finalmente, no dependemos de él, para decidir los destinos de nuestro gas. Pero sería mejor si lo hacemos bajo un mismo concepto estratégico.
"La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", infraterno vecino.